Crónica y fotos de los conciertos de la segunda jornada de Rock Imperium Festival 2024 (jueves 20 de junio)
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La segunda jornada del Rock Imperium Festival 2024 en Cartagena destacó por otra mezcla explosiva de actuaciones bajo el implacable sol de la tarde, con momentos de mayor alivio con el paso de las horas. En este día vivimos el Metal Sinfónico de XANDRIA, la casi segura despedida de CIRITH UNGOL, la melancolía de SHORES OF NULL, el estallido de NIGHT DEMON y MARDUK, los problemas técnicos de TNT y unos AVANTASIA de cabezas de cartel que pudieron dar más de sí.
Show correcto de XANDRIA
Papelón para XANDRIA actuar a las 15:00 horas, y es que no es plato de buen gusto para ningún grupo tocar con el sol prácticamente de cara y el calor pegando fuerte, que siempre resta público. Antes precisamente se enfrentaron a las mismas circunstancias CELTIAN y ARCHETYPE OF DISORDER, con otro inconveniente, el de ser los primeros grupos del día.
En cualquier caso, la banda alemana trató por todos los medios de animar a los valientes que se acercaban a las primeras filas disparando sus ráfagas de Metal Sinfónico, como “You Will Never Be Your God”, “Death To The Holy”, “Reborn” corte con el que la formación buscó levantar al respetable, “Nightfall”, “Universal” y la aclamada despedida “Valentine”.
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Aunque los músicos germanos se mostraron muy dinámicos, alternándose en las plataformas adornadas con telas ilustradas, hay que destacar especialmente el papel de la griega Ambre Vourvahis.
La cantante hizo valer su presencia y su capacidad vocal tanto en los tonos líricos como en los puntuales rasgados. XANDRIA tiene uno de sus puntos fuertes en el poderío de la vocalista, cuya labor fue de lo más destacable de un concierto que, como era de esperar por las propias características de su Metal Sinfónico, abusó de los coros y orquestaciones grabadas.
CIRITH UNGOL, despedida en Rock Imperium Festival 2024
Una banda fundamental para el Epic Doom Metal como CIRITH UNGOL visitaba por primera y última vez nuestro país, ya que esta serie de actuaciones son, supuestamente, una gira de despedida a más de 50 años de carrera. Así, su concierto en el Rock Imperium era un ahora o nunca de manual, la principal motivación de muchos (entre los que me encuentro) para venir hasta Cartagena.
Poder decir adiós a CIRITH UNGOL, una banda tan peculiar del Heavy Metal, tan marcada por una voz absolutamente única e irrepetible (y tan difícil de digerir) como la de Tim Baker fue un honor, aunque la emotividad que podría haber aflorado de su impoluto concierto quedó tan gélida como el hálito del liche que se enfrenta a Elric en la portada de “King Of The Dead”.
La sobriedad del grupo, que no hizo casi referencia al final de su trayectoria artística, acabó siendo incluso exagerada, especialmente tratándose del adiós ante tus fieles. Afrontar el final de un viaje sin retorno como si fuera un concierto más mermó un concierto que fue corto, pero intenso y soberbio en la ejecución. Quizá sea por el relativamente poco tiempo que lleva Jarvis dentro, o que Armand sea solamente el guitarrista para el directo, pero Baker y Garven estaban como miembros originales (Greg Lindstrom no está en la gira) y no parecían afectados por el estado emocional que supone retirarse.
Así, impertérritos, tocaron “I´m Alive”, “Frost And Fire”, “Chaos Descends”, “Atom Smasher” o “Black Machine”, que sonaron clavadas, como si pincharas un vinilo de Roadrunner del año 84. Buena parte (que no todo) de su viejo armamento pesado, cayó como nosotros cual venenoso hechizo de necromante. Con “Looking Glass” como única referencia a su más reciente y magnífica creación “Dark Parade”, y ninguna canción del también estupendo predecesor “Forever Black”, aquello supo a muy poco.
Fue un suspiro de grandes historias, de melancolía de hojas amarillentas y olor a tinta y a humedad, a libros de espada y brujería en tapa blanda, la más pura abstracción, observando desde nuestra dimensión la lucha entre La Balanza y El Caos… todo ello bajo un sol asolador y reflejados ante las gafas espejo de Baker y su constante mesado de cabellos y gesticulación llevándose las manos a la cara.
“Master Of The Pit”, “King Of The Dead”, la más coreada “Join The Legion” y “Blood & Iron” fueron el remate de su, esperemos, sincera despedida. Hartos de las artimañas comerciales de promesas de retirada nunca cumplidas, que no son más que cebos sacacuartos, si este juramento no se rompe y CIRITH UNGOL se marcha de verdad, su nombre subirá peldaños en ese olimpo de bandas esenciales en el que entraron hace ya décadas. ¡Hasta siempre!
KADAVAR
Encaramos la zona media de la jornada con los alemanes KADAVAR y, aunque el sol castiga con dureza en la explanada del Batel, no faltan incondicionales buscando hueco en las primeras filas.
Firmes en sus puestos y con impecable puntualidad, los berlineses arrancan el espectáculo con “Skeleton Blues”. La puesta en escena, sobria pero efectista, ofrece lo necesario para disfrutar el un show de media tarde. Lindemann a la izquierda, Bartelt al fondo, Jascha Kreft a la derecha y Bouteloup ocupando el centro entre excéntricas torsiones y salidas de fuera de juego.
El espectáculo continuó con un repaso a los primeros trabajos de la banda. “Doomsday Machine” y “Come Back Life” despegan desde el escenario principal alejando a la banda de las densas atmósferas psicodélicas de sus últimos álbumes. Los alemanes son más que conscientes de dónde están y es por ello que despliegan su máxima potencia escénica con riffs abrasivos y groove rompecuellos.
Mientras, continuaban repasando temas clásicos como “Black Sun”, “Die Baby Die” y “All Our Thoughts” sin que el sofocante calor derrita una puesta en escena de la que apenas pierdan la marca, salvo por los exagerados movimientos de Bouteloup.
Los alemanes cerraron con “Creature Of The Demo”, un set potente y agresivo con el que el público puede dejarse la voz mientras disfrutas de una fría cerveza.
Richie Kotzen
La presencia de Richie Kotzen en Cartagena empieza a convertirse en un clásico. Si el año pasado se subía a las tablas del Rock Imperium junto a Mike Portnoy y Billy Sheehan con el proyecto THE WINERY DOGS, este año repetía escenario firmando su show en solitario.
Aunque su gira junto a EXTREME únicamente le permite desarrollar un set list contenido, en esta ocasión, ha tenido la oportunidad de sumar minutos dándole más cuerpo al espectáculo.
Su irrupción en el escenario causó un quebranto en la tendencia musical de la tarde. Tras los espídicos riffs de CIRITH UNGOL y los ritmos pesados de KADAVAR, Kotzen abrazó la puesta del sol con sus virtuosas melodías de corte Neo Jazz, generando el momento perfecto para tirarse en el césped a disfrutar del espectáculo y algo de refrigerio.
Arrancó, como viene siendo habitual, con “Losing My Mind”. Aunque parco en su intercambio con el público, por todos es conocido que a este hombre pocas cosas se le dan mal. Toca la guitarra como un auténtico maestro, con pasión y sentimiento y además canta bien.
Sobre el escenario, a los temas habituales “War Paint”, “Fear” o “Help Me”, añadió otros nuevos como “Love Is Blind”, “Remember” o “Shapes Of Things” con los que pudimos verle disfrutar al abrigo de una banda que nada le desmerecía. La cadencia fue constante y sin sobresaltos. Punto muerto y cuesta abajo para deslizarse a través de los páramos de su mástil, gracias a unos dedos virtuosos.
En resumen, un concierto correcto, profesional, algo frío y distante que permitió al público distanciarse de la muchedumbre para coger fuerzas antes de los cabeza de cartel en esta segunda jornada.
Jorge Riquelme
La oscuridad de SHORES OF NULL
Los doomsters romanos SHORES OF NULL, ya con cuatro discos a sus espaldas y casi once años de actividad, pusieron la quietud y la melancolía en el Rock Imperium 2024. En el escenario de la carpa aprovecharon las ventajas de estar a la sombra, tocando a cubierto pero con una fina brisa y permitiendo un uso adecuado de las luces del escenario (a pesar de ser de día) lo que favorecía su ciclotímica propuesta.
Actuación de Shores Of Null en Rock Imperium Festival 2024 de Cartagena
Una fina sonorización les ayudó en su empeño por demostrar tener cualidades compositivas e interpretativas, aunque el hecho de no llevar teclista en directo les restó enteros en esta parcela. Hay que rascarse el bolsillo en busca de la excelencia... pero no fue nada mal, no es que la presencia de este instrumento fuera tan fundamental.
Aún así transmitieron una atmósfera desoladora que, de cuando en cuando, clareaba para arrojar algún haz de luz, con predominancia de voces limpias sobre las propias del Metal Extremo.
"The Last Flower", "Nature In Disguise", "Ruins Alive" o "My Darkest Years" fueron algunas de las más celebradas, y curiosamente pertenecían todas ellas a su más reciente obra. Confianza total en su nuevo material. Viendo sus rostros taciturnos, en sintonía con las letras depresivas que vinieron a representar, los italianos SHORES OF NULL se ganaron nuestro respeto.
Explosividad de NIGHT DEMON en Rock Imperium Festival 2024
Menuda pasada lo del trío californiano NIGHT DEMON: después de haber realizado dos de ellos un show esa misma mañana con CIRITH UNGOL en un momento bastante caluroso del día, subieron al rato al escenario de la carpa para vaciarse en un derroche de energía y actitud total. Parecía que no habían trabajado aún ese día... Armand John Anthony y Jarvis Leatherby hicieron doblete pero con unas sensaciones muy distintas en ambos conciertos.
Y es que el Epic Heavy Doom de CIRITH UNGOL llama más al dramatismo del héroe oscuro o antihéroe, a su penar entre planos y reinos, a la solemnidad en la música y por lo tanto a su expresión también solemne al interpretarla. En NIGHT DEMON hacen todo lo contrario: el desenfado y velocidad próxima al Speed Metal dan pie a moverse por el escenario como posesos, con coreografías y saltos incluidos entre los dos, apoyados por su joven batería Brian Wilson.
“Outsider”, “Screams In The Night”, “Scape From Beyond”… un volumen altísimo y un ritmo avasallador, que no dejaba respiro entre tema y tema, obligó al público a volcarse de lleno, hasta montando un pogo. Diría que solamente aflojaron en la parte inicial de “Beyond The Grave”. En referencia a la ubicación de la carpa, Jarvis se dirigió al público con una arenga de lo más aplaudida: “¿Os gusta estar en la colina, en la puta cima de la colina? ¡Ahí es donde está el auténtico Heavy Metal!” ¿Quién no alzaría el puño y gritaría al viento ante tal aseveración?
La canción mejor recibida diría que fue “Black Widow”, a la que siguieron “Full Spead Ahead” y “The Chalice”, donde apareció su mascota Rocky para brindar con nosotros, paseándose por las tablas con su cáliz y sus aterradores ojos rojos. Fue la propia “Night Demon” la canción elegida para cerrar un conciertazo memorable.
Claramente, los californianos fueron unos de los triunfadores de Rock Imperium Festival.
TNT
Debo reconocer que poder ver por fin en directo a los noruegos TNT era para mí uno de los principales reclamos del Rock Imperium de este año. Tras su reunión con Tony Harnell, los de Trondheim se han echado a la carretera con el legendario Ronnie Lé Tekro (guitarra) y el motero Diesel Dahl (batería) como baluartes de la herencia de una de las mejores bandas de Hard AOR europeas de todos los tiempos y la expectación era máxima.
Expectación que se vio frustrada en su presentación en Cartagena por un lamentable sonido que lastró su actuación hasta bien mediada la misma. Y es que dolía en el alma verlos perdidos sobre el escenario haciendo indicaciones a los técnicos de sonido durante la inicial “Invisible Noise”, la pegadiza “She Needs Me” y la emotiva “Desperate Heart”. Los problemas de sonido les confundían y Harnell poco podía concentrarse en la interpretación aunque poco a poco los problemas se fueron solucionando y en “Tonight I´m Falling” se empezó a ver el verdadero brillo de los noruegos.
Dos coristas de apoyo ayudaban a un Harnell aún en forma en los tonos altos, pero que ha perdido mucho brillo y suavidad en los tonos medios y bajos. Quien no parece haber sufrido los estragos del tiempo es el gran Ronnie Le Tekro que brilló a gran altura en la pegadiza “My Religion” y en la explosiva “Downhill Racer”.
Nunca entenderé por qué las bandas se empeñan en meter baladas en los festivales y el caso de “Northern Lights” fue evidente en la actuación de los noruegos. La expresividad y la sutiliza de esa gran canción se ve opacada por el bullicio festivalero y no creo que sea el mejor lugar para andarse con tanta delicadeza…
Cuando parecía que la actuación de TNT iba a ser anodina y mediocre la banda por fin despegó con clásicos como “Forever Shine On”, la muy celebrada “Intuition” y el hit-single “10.000 Lovers In One”, con el público por fin cantando a coro para alegría del grupo, que finalmente parecía disfrutar del concierto. Y entonces llegó la traca final con tres temas de “Knights Of The New Thunder”, el disco que los lanzó al ruedo internacional y que más queremos los veteranos fans de la banda. “Break The Ice” nos hizo bailar y saltar, “Knights Of The New Thunder” nos puso un nudo de emoción en la garganta y coreamos el maravilloso estribillo de “Seven Seas”, tema con el que se despidió la banda dejando a todos un sabor agridulce por el atropellado comienzo y el glorioso remate. Verlos en un festival está muy bien pero verlos en sala se antoja obligatorio.
Falta de frescura de AVANTASIA
Otra vez encabezando un gran festival en España teníamos al proyecto probablemente más ambicioso jamás creado en el entorno del Metal, AVANTASIA. Tobias Sammet sigue adelante con un espectáculo que, cuando sacó sus primeros discos allá en 2001 y 2002, nos resultaba impensable. La idea de sacarlo más allá de los estudios de grabación era una quimera, pero veinte años después ahí sigue, en lo más alto, a pesar de que el sentido del Power Metal que tuvieron ambas partes de “The Metal Opera” se haya perdido al incorporar más tesituras de Hard Rock.
Lo bueno es que con el paso del tiempo ha ido conociendo más su voz, y la verdad es que está en un nivel como cantante mejor que el que lucía, mucho más joven, en aquellos mágicos años de EDGUY, donde la inexperiencia y los excesos le pasaban factura. Junto a él, una nueva encarnación del grupo, que se va remozando de cuando en cuando, con una Adrienne Cowan muy protagonista.
Esta chica es una gran elección por su habilidad y su fuerza pletórica, capaz de hacer lo que le da la gana con su voz en voces limpias y voces rasgadas, una serie de bondades evidentes para todos. Eso sí, como contrapartida su voz es de un carisma nulo, impersonal, sin calidez y sin timbre reconocible. Cada cual que lo ponga en la balanza y decida, pero a mí no me convence ese soserío dentro de la perfección técnica.
El resto de la banda sigue conformada en su esqueleto instrumental por los ex HEAVENS GATE Sascha Paeth y Miro a la guitarra y teclados, el batería de EDGUY Felix Bohnke y el bajista de GAMMA RAY Dirk Schlächter, metido actualmente en un montón de cosas para ir sacando pasta ante la inactividad de su grupo madre. Mucho más desconocido nos es el hombre discreto de esta formación, Arne Wiegand, un buen guitarrista, aunque parecía un témpano, más conocido por sus trabajos de productor que como músico.
Los coros y las canciones se las repartieron Herbie Langhans, Chiara Tricarico, Bob Catley (ahora con más tiempo que nunca, tras la disolución de MAGNUM) y un Ralph Scheepers venido a menos, quizá porque en tan poco tiempo no le dio tiempo a calentar adecuadamente su voz. Como invitado especial estuvo Tommy Karevik de KAMELOT (que actuaba después) y su barba perfectamente recortada al estilo George Michael.
“Spectres” se la hizo Sammet entera, y ya desde ahí casi todas fueron compartidas con sus voces colaboradoras, dando el protagonismo justo a cada uno. “Reach Out For The Light”, “The Story Ain't Over”, “The Scarecrow”, “Promised Land”, “Alchemy”, ”Book Of Shallows”, “Dying For An Angel”… o “Kill The Pain Away” y “Let The Storm Descend Upon You”, que resultaron un tanto soporíferas.
Seguro que disco por disco hay mejores elecciones para el directo, y es que por momentos la cosa decaía en ritmo y conexión con un público ávido de emociones y más vibración, aunque se mantenía atento a las interpretaciones individuales… y al partido de España en la Eurocopa contra Italia. El bueno de Tobias Sammet tuvo a bien de darnos el resultado durante el concierto, a la vez que demandaba “más apoyo para las canciones nuevas, aunque sea fingido” dicho con cierta sorna… y quizá cierta decepción.
En el apartado de estrellas del canto, además de Catley y Tricarico, quien más brilló fue Langhans, con un gran estado en todo el show y especialmente en “Draconian Love”, a la que le siguió el cierre de fiesta con la dinamita: “Avantasia”, “Farewell”, “Shelter From The Rain”, “Mystery Of A Blood Red Rose”… Pero lo que podría ser acabar por todo lo alto, acaba siendo un tiovivo de subidas y bajadas, especialmente colocando aquí la bajona de “Lost In Space” y “Lucifer”, emborronando una actuación que podría mejorar muchísimo quitando los temas más pesados y recuperando algo de la frescura de los dos primeros discos.
Por ahí siempre pasa AVANTASIA de puntillas (como si diera vergüenza reconocer que son los mejores) a pesar de la despedida mágica con el medley de “Sign Of The Cross” (con la que me acordé de la persona de Andre Matos) y “The Seven Angels”. En definitiva, un concierto de notable que podría ganar mucho fácilmente con una elección de canciones más acertada.
MARDUK descarga su Black Metal en Rock Imperium Festival 2024
Después de los momentos Disney con AVANTASIA y KAMELOT, subimos para la carpa para cerrar la noche. Allí nos esperaban los suecos MARDUK, que nos iban a ametrallar con su Black Metal balístico, bélico y seco como un pelotón de fusilamiento con AK47. Eso sí, algo les pilló desprevenidos, porque comenzaron con unos minutos de retraso perdidos (que resultaron demasiado valiosos a la postre) y sensación de premura por comenzar.
Arrancó la cosa con un sonido malo, sin nitidez alguna ni cohesión entre los instrumentos, pero ya hacia la tercera o cuarta canción todo cogió cuerpo, y de ahí en adelante se hizo bastante disfrutable la propuesta excesiva de anticristianismo: “On Darkned Wings”, “Equestrian Bloodlust”, “The Funeral Seemed To Be Endless”…
Fue una sucesión de trallazos que tocados con la actitud de soberbia de MARDUK generan una atmósfera enrarecida, de peligro... y eso significa maestría en el género. Aunque hablando de cosas raras de verdad, quizá lo más extraño fue ver en la audiencia a un asistente con un Cristo pictórico tatuado en el brazo, totalmente coherente con las delicadas ideas religiosas de los suecos.
“With Satan And Victorious Weapons”, “Wartheland”, “Throne Of Rats”, “The Sun Has Failed”, “The Blond Beast” y “Wolves” pusieron fin a la actuación, que aparentemente se vio perjudicada por el retraso en el inicio, quedándose sin sonido cuando aún flotaba en el aire una pista ambiental que debió haber dado paso a “Panzer Division Marduk”. Su obra quedó incompleta, pues, en Cartagena.
No fue así, y nadie dijo nada al respecto, sin despedidas ni saludos a sus fieles. Frialdad total en una banda que necesita de esta deshumanización para transmitir mejor el mensaje diabólico de su Black Metal. El de MARDUK fue un muy buen show, canónico y acorde con los preceptos del género que abanderan, dejándonos aún más agotados y listos para irnos a descansar de cara a las siguientes dos jornadas.
Bonus tracks: fotos de PRAYING MANTIS y KAMELOT
Crónicas de Carlos Herrero, Carlos Fernández, Jorge Riquelme y Enrique Herrero
Fotos de Jorge Riquelme (@maestrobeerbrola)
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