Crónica del concierto de CRYPTA, NAKKEKNAEKKER y PLAGUEMACE en la sala Revi Live de Madrid (27 de abril de 2024)
En la historia de la música las salidas voluntarias o involuntarias (estas últimas también conocidas como “expulsiones”) de miembros de una banda nos han brindado, en muchas ocasiones, la oportunidad de ver el nacimiento de otros grupos que, según el caso, hasta nos han podido gustar más que el grupo “madre”. Sin pensar lo más mínimo me viene a la cabeza GAMMA RAY o MEGADETH y, sin querer comparar lo que no puede ser comparado, el caso de CRYPTA sigue también ese patrón puesto que la salida de Fernanda Lira y Luana Dametto de las filas NERVOSA ha dado lugar al combo objeto de esta crónica.
Inmersas en la parte final de su gira europea para presentar su segundo trabajo “Shades Of Sorrow”, de nuevo la sala vicalvareña Revi Live iba a ser el lugar de su concierto. Eso sí, esta vez sin paella y con su aforo normal, no el reducido a 70 personas por tratarse de otro Zamparock. No estuve en ese evento por lo que no sabía qué esperar en directo de esta nueva aventura de las brasileñas pero, habiendo visto a Fernanda con NERVOSA en su época como trío, seguro que no iban a defraudar. Lo cierto es que no lo hicieron.
En esta ocasión dos bandas danesas, también enclavadas en el Death Metal de corte clásico (aunque cada una con sus peculiaridades propias), serían las encargadas de caldear el ambiente. Un ambiente que, ya desde primera hora, era mejor de lo esperado.
Evidentemente no se agotaron las entradas ni estaba la sala a rebosar pero, viendo el percal en la mayoría de los últimos conciertos extremos a los que he acudido, la asistencia fue mucho mejor de lo hubiera imaginado. El motivo se me escapa pero siempre ayuda que el concierto sea un sábado para animar a los indecisos a pasar una tarde noche al ritmo de un poco de música extrema pero, siendo realistas, parece innegable que existen motivos extramusicales para justificar tal cantidad de seguidores del Death Metal esa noche. No parece muy lógico que unas leyendas como PESTILENCE en el mismo sitio pocos días antes no lograran convocar ni a la tercera parte de gente que CRYPTA, por mucho que fuera un día de diario. Que cada cual saque sus conclusiones.
PLAGUEMACE, la receta extrema de la diversión
Tal fue la afluencia minutos antes del inicio del concierto de PLAGUEMACE que una larga fila de personas iba entrado a cuentagotas a la sala. ¿La razón? Pues que en lugar de leer el código QR de la inmensa mayoría de las entradas (muy pocos la tenían física), la persona encargada de chequearlas tenía que buscar el nombre del comprador en una lista de varios folios. Y no era ineficiente para nada esta persona pero claro, se tarda mucho más en esta operación que en acercar un código a un lector. La conclusión es que aún llegando con cierta antelación escuché desde fuera la intro del quinteto danés y me perdí “Cannibalicious”, tema que abre su disco debut “Reptilian Warlords” y con el que arrancaron.
¿Se puede tocar Death Metal y generar diversión con ambiente festivo? PLAGUEMACE tiene la receta para ello porque sus cuarenta minutos de concierto fueron una absoluta locura, tanto musical como escénicamente. Sus miembros lo dieron todo desde el inicio sin parar de moverse por el escenario (cómo ayuda a este tipo de grupos tocar en un sitio como la Revi Live…), saltar, dar patadas al aire (su bajista Ruben Brandt se llevó la palma en este campo) mientras no paraban de hacer headbanging. Sudaron la gota gorda y contagiaron su desbordante energía a una audiencia que, en su mayor parte por los comentarios que escuché, no habían oído un tema suyo con anterioridad.
Daba lo mismo que la banda siguiera presentando su debut a golpe de “Rhythmic Demise”, “Impenetrable Leather” o “Carnivore”, o que tocaran el primer single que editaron allá por 2020 llamado “Plagueface”, presentado por su vocalista Andreas Truelsen jocosamente aludiendo al nombre del grupo y título del tema en cuestión. Precisamente, y sin desmerecer la tremenda labor de sus compañeros, el enorme (en todos los sentidos) vocalista y su gran sentido del humor fueron los principales artífices del éxito que tuvo su actuación. No sólo cantó genial sino que animó y se ganó a todos los presentes con una simpatía como hacía tiempo que no veía. Puede parecer contradictorio teniendo en cuenta el estilo de música que práctica el quinteto de Horsens pero la gente supo apreciar y corresponder su cercanía con abrazos y saludos al final del concierto. Simplemente genial.
Hubo algunos problemas con la guitarra de Simon Truelsen, por suerte fueron puntuales, por lo que no afectaron demasiado a la ejecución de los temas, y tal fue la intensidad que imprimieron a su actuación que el otro guitarrista (también encargado de algunas voces) Anton Holm rompió su guitarra en mitad de la misma teniendo que sustituirla por otra. Daba lo mismo porque de todos los percances salieron airosos con sonrisas. Destilaron ese buen rollo auténtico que se contagia, y no se puede fingir, cuando realmente estás disfrutando con lo que haces. Y ellos disfrutaron de lo lindo y nos hicieron disfrutar del mismo modo los conocieras con anterioridad o no.
Continuaron con “Among The Filth” y, para “Misantropical Breed”, Simon y Andreas habían seguido el ejemplo de Ruben y se habían quitado la camiseta evidenciando un tremendo contraste. El vocalista llevaba más tinta en el cuerpo que todos los miembros del resto de bandas, incluida la suya, juntos y lo lució orgulloso (su buen dinero le habrá costado porque, encima, eran “a todo color”) mientras presentaba la excelsa “Ambrosia”, un corte de casi nueve minutos de duración que sonó realmente brutal.
No contento con lo hecho hasta ahora, el vocalista se bajó del escenario y montó en los compases finales del tema un circle pit secundado por algunos valientes (estuvo comedido el danés porque con sus dimensiones, si me empuja a mí, me manda a diez metros de distancia mínimo) terminando de cantarla arrodillado dándonos las gracias mientras le aplaudíamos a rabiar.
¡Qué manera de cerrar su soberbia descarga por todo lo alto! Inmejorable inicio por parte de un grupo muy a tener en cuenta, tanto en estudio, como sobre todo en directo.
La poderosa juventud de NAKKEKNAEKKER
También con puntualidad salieron a escena NAKKEKNAEKKER dispuestos, como su nombre indica, a “romper cuellos” o, al menos, a intentarlo. Indagando un poco sobre la banda me ha sorprendido que sin tener un solo disco editado todavía (únicamente tienen dos demos y la última data de hace casi dos años ya), se hayan colado en una gira como esta o hayan tocado en algunos festivales europeos relativamente importantes. Por lo que he leído, tienen material para un inminente primer disco pero prefieren tocar en directo todo lo posible antes que grabar ese material. Tirando de memoria no recuerdo, a bote pronto, un caso parecido y me resultó muy curioso, la verdad, ya que actualmente los discos casi sirven como excusa para salir a la carretera. Habrán tenido que tirar de talonario porque, de lo contrario, no se entiende su aparición en la escena por muy competentes que sean.
Otra cosa que me llamó también mucho la atención fue su juventud. Es verdad que los miembros de PLAGUEMACE también eran muy jóvenes pero es que lo del quinteto de Silkeborg era exagerado. Esto no supuso ningún problema cuando irrumpieron sobre las tablas, con el baterista Anton Bregendorf gritando para generar expectación y su vocalista, Christoffer Kofoed, con la camiseta metida por dentro, ataviado con una gorra y un bigote que parecía que le había salido ayer. La camiseta metida por dentro le duró todo el concierto pero la gorra sólo los cinco primeros segundos de “Putrified Body Fluid”, primero de los siete temas que imagino formarán parte, en algún momento, de su debut discográfico y que les sirven para confeccionar sus repertorios actualmente.
No se puede negar que derrocharon toda la energía propia de su edad sin parar de hacer headbanging como posesos durante toda la actuación pero creo que salir después de PLAGUEMACE no ayudó demasiado a NAKKEKNAEKKER porque, aunque voluntarioso, Christoffer no es tan buen frontman (y sobre todo tiene otro estilo) como Andreas, y eso se notó a la hora de engatusar a la audiencia. Encima tocaron menos tiempo que ellos pese a salir después y, en mi opinión, sus canciones también enganchan menos.
Para la edad que tienen, me pareció que su nivel instrumental era francamente bueno pero según iban cayendo “Horizon of Spikes”, “Shackled To a Corpse” o “Nephilim” la intensidad fue disminuyendo, sobre todo en la garganta de su vocalista, y parecía que no terminaban de despegar. Creo que Anton era consciente de que la gente estaba desconectando un poco (el que lo hubiera hecho, claro) y que las arengas de Kofoed pidiendo circle pit no estaban surtiendo efecto porque hasta salió de su kit para “picarnos” al grito de “Come On!” mientras hacía aspavientos con sus brazos. Que el baterista salga a animar no dejó en muy buen lugar a su compañero.
La pareja de guitarristas formada por Johan Lundvig y Joakim Kaspersen, este último también encargado de algunas voces puntuales en varios temas, lo cierto es que me gustó bastante porque destilaron ese sonido añejo que reivindican en su música recordándome, en cierta medida, a sus compatriotas BAEST aunque NAKKEKNAEKKER tenga algo menos de melodía y suene bastante oscuro. Por su parte el bajista Sebastian Knoblauch también cumplió con su labor y fue, de los instrumentistas, el que más se movió por el escenario acercándose en algún momento a la zona de Lundvig.
“Unholy Inquisition” fue de las que más me gustaron, posiblemente porque me resultó la más variada y sí tuvo esa oscura melodía de guitarra que otras composiciones no tuvieron, pero ya se empezaba a notar que las cuerdas vocales de Christoffer empezaban a flaquear. De hecho, cuando habló para presentar “Absorption” y volver a pedir un circle pit, su voz estaba bastante ronca. Es verdad que cantando Death Metal este tipo de cosas se disimulan mejor que si cantas Hard Rock pero parece que la extensa gira con CRYPTA cantando casi a diario le está pasando factura.
El cierre de su actuación corrió a cargo de “Face-Spitting Madness” completando 36 minutos que evidenciaron, de nuevo, la buena salud del Death Metal en Dinamarca. No superaron a PLAGUEMACE pero estos chavales dieron un concierto muy serio. A ver si se deciden a grabar su primer disco más pronto que tarde y podemos verles de nuevo por estos lares defenderlo habiendo podido escuchar sus composiciones con más detenimiento y en un formato de calidad, no a través de vídeos de YouTube en directo.
CRYPTA
Mientras los chavales de NAKKEKNAEKKER recogían su equipo, el personal de CRYPTA empezaba a desplegar el de las brasileñas. Esto incluyó algunos elementos de atrezo como velas, luces adicionales para la batería, telas rojas en soportes con una daga y el micrófono de Fernanda que seguía el mismo patrón pero con las siete dagas de la portada de “Shades of Sorrow” colocadas en semicírculo. No era una gran parafernalia pero si un aporte extra que les quedó bastante digno. Además, todas las integrantes del grupo llevaban puesto algún elemento rojo a juego con la decoración dejando claro que la imagen es un aspecto que tienen muy en cuenta a la hora de plantear los directos. Y bien que hacen.
Algo no estaba al gusto de Luana porque cinco minutos antes de que empezara el concierto se sentó tras su kit para colocar bien los micrófonos de los toms y hacer los últimos ajustes. Por ello no salió con el resto de sus compañeras, que fueron recibidas como auténticas estrellas, mientras sonaba “The Aftermath” a modo de intro y se colocaban de espaldas a la audiencia con Fernanda puño en alto. Primera estampa para la galería de las muchas que se sucedieron a lo largo de su actuación.
Con un gran sonido, como es habitual en esta sala, comenzó la presentación de su segundo trabajo con “The Other Side Of Anger” que, prácticamente sin respiro, enlazaron con “Poisonous Apathy” provocando el delirio de las primeras filas y confirmando, desgraciadamente, mis sospechas de que en Múnich se había quedado “Kali” y, seguramente, también “Agents Of Chaos” como así fue. Es lo malo de vivir en un mundo globalizado, te enteras de estas cosas y da mucha rabia que en la recta final de la gira hayan decidido recortar su repertorio en las últimas ciudades eliminando un tema de cada uno de sus dos discos, la verdad.
De cualquier forma, esta “nimiedad” no pareció importarle lo más mínimo a una audiencia volcada absolutamente con el cuarteto de São Paulo desde el mismo instante que pisó el escenario de la Revi Live. Es bastante sorprendente la popularidad que está adquiriendo CRYPTA en tan poco tiempo con tan sólo dos trabajos editados, por notables que estos sean. Fernanda Lira, evidentemente, no es una desconocida y su bagaje anterior hace que los focos se hayan posado en su nuevo proyecto dándole un estatus que, de otra manera, difícilmente tendría sin un mayor recorrido pero no deja de ser curioso el interés que despierta tocando un estilo minoritario como el Death Metal. Al menos, en esta ocasión, no éramos los cuatro gatos de siempre y eso siempre es positivo.
“Echoes Of The Soul” no es un mal trabajo pero con “Shades Of Sorrow”, en mi opinión, han dado un paso hacia delante compositivamente hablando. Supongo que las buenas críticas recibidas ha hecho que el grupo apueste por él de manera rotunda por lo que siguieron “a piñón” con “Lift the Blindfold”, la oscura “The Outsider”, su particular “nana” titulada “Lullaby for the Forsaken”, o una soberbia “Stronghold”, donde aúnan melodía, riffs y tralla y donde se lucieron de lo lindo la pareja de guitarristas formada por Tainá Bergamaschi y Jéssica di Falchi. Todas ellas recibieron una respuesta muy positiva del público por lo que parece que este disco ha calado entre sus seguidores.
Habíamos llegado al ecuador del concierto y las sensaciones que me estaban transmitiendo no podían ser mejores. El cuarteto tiene un gran directo y funciona como un todo, demostrando que CRYPTA es mejor que la suma de sus integrantes. Y eso que creo que todas ellas rayaron a un altísimo nivel en todo momento. Fernanda es la “jefa”, sí, pero a diferencia de lo que los acontecimientos han demostrado con su ex banda, ella deja que sus compañeras tengan el protagonismo que se merecen y la sensación de unidad que transmiten me gustó mucho. Luana me encantó tras los parches (técnica, pegada,…) y forma un gran equipo con la bajista conformando una base rítmica muy, muy sólida pero la “campanada” para mí la dieron Tainá y la última incorporación a sus filas, Jéssica. No sólo tienen una gran imagen y presencia escénica (mucho movimiento y cambios de posición en el escenario, headbanging continuo,…) sino que su nivel instrumental me sorprendió para bien clavando tanto los solos (que se alternaban en muchas ocasiones) como cada una de las notas de los temas con una ejecución muy pulcra. Ha tenido muy buen ojo al ficharlas la amiga Lira, sin duda.
Y qué decir de la “jefa”. La primera vez que vi a Fernanda Lira cuando presentaba NERVOSA su segundo trabajo en 2016 ya atisbé que tenía un carisma arrollador. De hecho, esa noche eclipsó a sus compañeras y fue el centro de todas las miradas. Han pasado ocho años desde aquel entonces y su carisma sigue intacto pero sus prestaciones en directo han mejorado fruto de toda la experiencia adquirida en este tiempo. Sus gestos característicos marca de la casa siguen estando presentes pero sabe perfectamente qué debe hacer en cada momento de la actuación para que todo fluya a la perfección y la vi muy cómplice y a gusto con sus compañeras. Si encima le sumas la gran simpatía y cercanía que mostró, dirigiéndose a nosotros en español, o su sonrisa casi perenne pues nada podía salir mal. Como así fue.
La instrumental “The Limbo” sonó por los altavoces de la sala como preludio a, seguramente, el momento álgido de la velada. Me refiero a la interpretación de “Trial Of Traitors”. Desconocía que esta canción se hubiera convertido en el “Seven Nation Army” de las brasileñas pero ver a la gente corear la melodía de la canción me dejó de piedra. Por supuesto a ellas se las veía encantadas y tanto Fernanda como Jéssica provocaban a las primeras filas para que siguieran coreándola. Curioso momento que tiene pinta que se va a convertir en un clásico de sus actuaciones.
Tras este momento de comunión ente público y banda por fin decidieron darle algo de presencia a “Echoes Of The Soul” con una celebrada “Under the Black Wings”. Sin embargo, seguidamente, la vocalista se dirigió a nosotros para preguntarnos si teníamos energía para más canciones. Hombre, llevaban 42 minutos en escena, si no teníamos energía para escuchar más canciones, apaga y vámonos. Fue la presentación de “Dark Clouds”, otro de mis temas favoritos de su última entrega que disfruté mucho y que les quedó sensacional.
Desgraciadamente el concierto afrontaba su recta final y “Shadow Within” nos devolvió a su debut mientras que “Lords of Ruins”, con el punteo inicial de guitarra grabado, finiquitó la presentación de “Shades of Sorrow” confirmando que también se cayó del repertorio, como me temía, “Agents of Chaos”. Una pena porque sólo restaba “From the Ashes”, presentada aludiendo a la cantidad de veces que uno tiene que morir y renacer en la vida para seguir adelante, para dar por concluido un concierto francamente bueno que hubiera sido “redondo” con ese par de temas que nos esquilmaron.
No sé lo que les deparará el futuro a Fernanda, Luana, Tainá y Jéssica pero parece que la estabilidad y la armonía reinan en CRYPTA y esto se ha traducido en un gran segundo disco. Ojalá sigan por esa senda y su tercera entrega discográfica las confirme como una “realidad” en el panorama internacional de la música extrema. Camino de ello van. Y ya si la gente que las sigue aprovecha para seguir descubriendo otras bandas del género y las asistencias en los conciertos de Death Metal aumentan un poco sería maravilloso. Las bandas emergentes y la escena, en general, lo agradecerán.
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